Locura.

Francisco Márquez  Razo.         

Sólo amando,

querido amigo

puede entenderse

el febril empeño

de seguir escribiendo

tentativas de poemas.

Música, pintura,

todas las artes

y aún las ciencias

comparten la misma

conjugación del verbo:

llamado amor.

Puede aparecer disfrazado,

con una, o diversas caretas,

con diferentes máscaras,

puede ser luminoso, u, oscuro,

triste, o, alegre,

de color plata, o, sangre,

de vida, o, de muerte.

Él es quién mueve al mundo

ya sea Cupido, o, Eros,

incluso, cómo Tánatos,

pero ayer, hoy, y mañana,

seguirá existiendo.

Y cómo bien lo sabes,

su compañera inseparable,

es, la visible locura,

así entonces, nadie se salva,

somos poetas, o locos,

o, ambas cosas.

Y mira si no es irreal,

pues nos daña sin piedad

deja herida colateral,

pues aun alcanzando el amor

nada te garantiza

que seas amado.

Amar, a final de cuentas,

es cómo desafiar el mar,

a la tormenta, a la razón,

está existencia nuestra

es, simplemente amigo:

escribir, vivir y morir

en brazos de la locura.