Imagino,
que al morir se cierra el libro, e inicia la verdadera lectura.
Caminante
Francisco
Márquez Razo
Un
paso en falso
y
se quiebran las ramas,
como
lo hacen tus piernas,
tu
sacrificio y penitencia,
volver
a andar;
de
tu corazón al lodo de la mente,
de
las preguntas sin respuesta,
a
la confusión de la incertidumbre,
caminar,
tropezando
con la ira contenida
de
presenciar el triunfo
de
la violencia ante la virtud,
con
rabia en los pies
caminar,
caminar,
de
ir y venir
se
desgasta el concreto
se
diluye el asfalto
jamás
tus pasos,
caminar,
entre
sueños desnutridos
y
alegrías con hambre
entre
famélicas promesas
y
obesas pesadillas,
entre
el saludo
y
el tímido adiós
que
jamás se pronuncia
que
nunca se dice,
caminar,
sobre
las nubes,
bajo
la lluvia,
entre
calles y plazas
de
mañana o tarde,
caminar,
en
la lectura de un libro,
en
el arcoíris albino,
en
la luz de la amistad,
o
en las gotas
de
oscuridad
en
cualquier estrella
que
se consume a sí misma,
sigue,
sigue caminando:
¡Alfonso
Vitela!