miércoles, 26 de abril de 2017

Así
Francisco Márquez Razo

Alacranes:
Bichos detestables,
debemos alejarnos,
fumigar,
para que se larguen,
aplastar,
destruir,
patear,
despanzurrar.

Alacranes:
Huir de ellos,
son tan nocivos
que no debían existir,
imagen y semejanza
del mismo diablo,
solo de verlos
suelen inquietarnos.

Alacranes:
Así son

¡mis palabras!

domingo, 23 de abril de 2017

Pancho Villa
Francisco Márquez  Razo.   
     
Vi a Pancho Villa
cabalgando en la plaza
vestía ropa nueva
y su caballo sonreía,
le conté a mi madre
¡pero no me creyó!
Pensó que alucinaba
logré convencerla
qué me acompañara
tres días después
y salvar mi cordura.

Yo ignoraba
que Villa ese día descansaba,
y, al no presentarse
mi madre movió la cabeza
resignada y convencida,
pero, volví a buscarlo
y como evidencia
con cincuenta pesos
me tomé una fotografía;
yo, la plaza, el caballo,
y también Villa.

Al mostrarle la foto
no la convencí
pensó que era fotoshop,
e imagen de internet,
ahora mis hermanos
también dudan
de mi cordura,
después fue la familia,
la cuadra entera,
mi patrón
y hasta el siquiatra,
me ven con tristeza
cuando digo:
 ¡Vi a Pancho Villa
cabalgando en la plaza!

Me tuve que cambiar de casa,
ahora vivo en la chin.. orilla
y acepto que estoy desquiciado,
pero, y el qué cree que es Villa
y cabalga en la plaza
¿es un actor, que cree ser Pancho?
O, es Villa que se viste de actor
para despistar al sistema
y por un instante
hacernos recordar
lo que tal vez hemos olvidado:
¡Qué en Durango,
Pancho Villa,
cabalga en la plaza!



domingo, 16 de abril de 2017

                                                 
Estación Guadiana 
(Para: Santiago García Lerma)
Francisco Márquez  Razo.          

Encontré mis gastados anteojos
ocultos en un cajón,
lloraban desconsolados
pedían ver nuevamente
el país de nunca jamás,
la nube madre
donde nace la lluvia,
el desértico paisaje
que oculta el mar,
lloran los anteojos
sus gruesas lágrimas
humedecen el ambiente
de mi estrecha habitación
y ablandan la memoria,
me visita la infancia;
saltando sobre lirio acuático,
toreando pardos alicantes,
recolectando costales de heno
y cambiarlos por monedas,
degollando maldecidas serpientes
para magistralmente despellejarlas
y comer carne asada
cantar sonando cascabeles
y cubrir mis desgastados zapatos
con suave piel,
cabalgando kilómetros hacia la carretera
solo para ver los autos rodar,
secuestrando al Judas
para llevarlo después al baile
en plena semana santa
de Estación Guadiana,
las tunas taponas
alimentaban mi curiosidad
con su increíble frescura,
las tunas mionas
me dieron imprudencia,
las tunas coyotas
la permanente inocencia,
la leche bronca,
creciente vitalidad
de bucear en el ojo de agua
y rescatar a campanita
disfrazado de Peter Pan,
una infancia vestida
de feliz aventura,
sin duda ni temor
ante las serpientes aceitosas
deslizándose como trenes
bajo mis pies,
contando alacranes
como si fueran horas,
esquivando pedradas
trepado en los nogales
escuchando historias de miedo
todas las noches,
los infantiles ojos
fueron testigos:
los árboles se bañaban
bajo el agua de lluvia,
lloran los anteojos,
ahora solo observan;
una imaginación anciana,
una vía sin tren,
un cuerpo consumido,
qué es mi casa
la cárcel que ahora vivo
y sin motivo alguno:
¡Lloran los anteojos!





domingo, 2 de abril de 2017

Agradeciendo tu generoso apoyo y tus comentarios, te saludo: ¡Gracias Everardo Ramírez!

Alacrán en su tinta
Francisco Márquez  Razo.
        
Un cometa luminoso
portador de buenas nuevas,
lluvia torrencial
de pensamiento positivo,
hermano de sangre
del poeta y el escritor
que vive con hambre
en decir y contar.

Oráculo de esperanza
a los que la literatura
ha desahuciado
y caminan descalzos y famélicos;
principiantes, o avanzados,
talentosos, o antipoéticos,
clásicos, e incluso académicos.

Poseedor de la palabra exacta,
del sustantivo perfecto
y el adjetivo preciso
en vanguardia o retaguardia.

Alquimista del verbo imperativo;
leer, amar, soñar la escritura,
que al influjo de su voz
se transforma en realidad,
maestro del gerundio
pues nunca es,
siempre va siendo
representante vitalicio
del binomio fantástico:
Carisma y talento.

Desfacedor del lugar común,
alacrán con aguijón de tinta
y tenazas cual libros abiertos,
esparciendo la semilla creadora
como las moscas vuelan en verano.

Emerge igual a tormenta de arena
en el árido desierto
de la rutinaria existencia
para cubrirnos de fina arena
lenguaje granulado y soluble
para descubrir asombrados
que somos polvo enamorado.

Viajero de ficción literaria
peregrino que nos habla
de su estancia en Ática,
un sueño que todos soñamos
destejiendo de día
lo que tejemos por la noche
y comparte a todos su Odisea
entregando en palabras: ¡El alma!

Poeta hacedor de prosa,
narrador construyendo poesía,
en mi ciudad la cultura tiene nombre:
Ramírez Puentes Everardo José


  ¡Todo está bien! Francisco Márquez Razo.              Vi a un hombre acribillado en la calle, me sentí triste, después escuché...