sábado, 6 de abril de 2019


Mártires de la poesía                                                                                                    
Francisco Márquez Razo                                              

   “Los cuentos no están hechos para dormir a los niños, sino para despertar a los adultos”
Francois Vallaeys

De cuento
Había una vez,
una princesa
de extracción popular
que vivía
incomoda por el calor
en pequeña casa
de interés social,
imaginaba
que en cualquier momento
tocaría a su puerta
el encuestador
de la cuarta transformación,
o, arrogante funcionario
en vehículo oficial
para obsequiarle
cortesía del gobierno
flamante boiler solar.

La princesa, como es natural
era bipolar
trabajaba en maquila
de la ciudad industrial,
los días de pago
se soñaba hada
comprando con vales
en centro comercial,
el resto de la semana
sentía que era ninfa
en salvaje bosque
de plástico y neón
esquivando autos
que atropellan al peatón,
pagar las deudas
le rompía el corazón.

Qué mundo tan indiferente,
28 días al mes,
tenía que caminar,
pues los horrendos taxis
tienen el maldito
hábito de cobrar
y, los chocantes autobuses
no aceptan la credencial
de transportes,
sufría en verdad
alucinando
ser incomprendida
por la fría sociedad,
para lograr dormir
medicamento debe consumir.

Creía ser bella sirena
navegando
en ardiente asfalto,
rogaba al cielo
que su ángel de la guarda
fuera el gordo de la lotería
y terminar al fin
su personal batalla
completando
lo de la tanda,
la princesa hacia sacrificios
para acudir a los conciertos
gratuitos de banda,
consumía sopa aguada
y frituras chatarra,
estaba convencida
qué con botox y cirugía,
su destino cambiaría
igual que se le hizo
a su prima la caperuza,
encontraría un malandro,
o, tal vez un narco
pen…tonto y sumiso,
qué sus deudas pagaría,
así, parecería mona
aunque dejara de ser princesa,
qué a fingir se aprende
y es muchas veces,
requisito indispensable
para exhibir y pagar
con tarjeta de crédito.




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