lunes, 13 de febrero de 2017

Del cerro al río
Francisco Márquez Razo

En el poblado Montes de Oca,
diariamente bajaba
del cerro hacia el puente,
que dicen construyó el diablo,
un peculiar indigente,
protegido por costra de mugre
y cubierto de permanente suciedad
collares de latas y metal
anunciaban su andar
recorría lentamente las calles
cual si fueran de su propiedad
y de manos generosas
jamás le faltó comida o bebida,
por temor de preguntar
o, por que él nunca hablaba
nadie conocía su edad
se rumoraba con curiosidad
que nunca había enfermado,
era parte del paisaje
como la tierra y el polvo,
como la abundancia y la sequía,
andaba el poblado entero
pero, jamás se acercaba al río,
asustaba por su aspecto
a los escasos visitantes
y cuando veía circular autos
los apuraba cual agente de tránsito
y nadie supo que ocurrente
le apodo El comandante.

Lo conocí siendo un niño
y seguía caminando como siempre
cuando me convertí en adulto,
preguntándome con insistencia
sobre el secreto de su longevidad.

Una tarde bastante calurosa
apareció en el pueblo
una patrulla de soldados
y pensando hacer obra piadosa
al comandante lo bañaron en el río,
le cortaron el cabello
y le afeitaron la barba
también le entregaron ropa limpia
y le quitaron sus preciados collares,
era difícil reconocerlo
vestido y aseado como persona normal,
durante meses no se dejó de comentar
ese día caluroso,
pues aquél indigente murió tres días después,
según comentaban: de pulmonía fulminante,
pero seo si: vestido y bañado,
el paisaje ya no es el mismo,
sigue la tierra, el polvo,
la sequia y en contadas ocasiones
también llega la abundancia
pero falta el solitario caminante,
se rumora por diferentes personas
que en tardes muy calurosas
en la quietud de la modorra
se escucha bajando del cerro
un conocido y antiguo sonido
de latas y metal,
que cruza las calles
y se pierde en el río.



jueves, 9 de febrero de 2017

Daños colaterales
Francisco Márquez Razo

Un loco enamorado
alcanzo el más alto
grado de santidad
y fue elevado
al cielo
a la velocidad del rayo,
en el preciso instante
qué un ángel
conocía el amor terreno
y era expulsado
sin piedad al abismo,
fue un choque de frente
sin sobreviviente
y resulta claro
que amistad y amor
es un terrible caos
e inexplicablemente
requiere:
¡Daños colaterales!



domingo, 5 de febrero de 2017

¡Amiga mía!
Francisco Márquez Razo

Aún sigues caminando
¿Te fuiste en secreto?
¿O, me marché en silencio?
Y, esté dolor mudo
se estaciona en los huesos
como la lluvia en el mes de julio,
aún sigues caminando,
tengo abiertas las ventanas
de mi casa y de mi piel
y me siento a esperar
tal vez, verte regresar
¡Amiga mía!
Pero, sigues caminando
en un horizonte distante,
cerré los ojos a la vida
el cielo se transformó
en un beso de oscuridad,
mi boca dejó de cantar
las manos solo recuerdan
un solitario transeúnte
que aún sigue caminando,
en silencio,
en secreto,
en dolor mudo,
¡Como duele la palabra amistad!
Este febrero
y el año entero
¡Amiga mía!
Mi única amiga,
que aún sigue caminando.


  ¡Todo está bien! Francisco Márquez Razo.              Vi a un hombre acribillado en la calle, me sentí triste, después escuché...