martes, 26 de septiembre de 2017

Árbol-hombre
Francisco Márquez Razo

Lloran mis hojas,
sangran las ramas,
el agua inunda
venas y corazón.

Aves taladran
mi tronco,
tierra me devora
en lenta
y cruel paciencia.

Viento me inclina
hacia el oriente
un sol ardiente
me seca al instante.

Gusanos se alimentan
de mi escasa corteza
no importa mi vergüenza
al quedarme desnudo,
soy el brutal ejemplo
de miseria y orfandad.

Jardinero me ata
a rígidas estacas
dolorosos cordeles
intentan sujetarme,
profundos clavos,
hierro fiero y candente,
soy materia inerte,
tronco desahuciado,
cadáver de vida artificial.

Luna es benévola
envía un pobre y escaso
rayo de luz,
pálido e indolente,
anida en mi rama
quebrada
a él me aferro
cómo perro al hueso,
le pido,
suplico,
nocturno milagro.

la oscuridad,
diosa de la noche
me transforma
en hombre.

Ahora,
lloran las manos,
se abren los ojos
y la sangre inunda
venas y corazón.


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