Ella
Francisco
Márquez Razo
Es
una serpiente
que
susurra en mi sangre,
historias
horribles
de
un perverso demonio
llamado
amor,
me
cuenta
siempre
en voz baja
que
febrero es más doloroso
que
agosto
que
el malvado de cupido
se
oculta
bajo
una máscara rosada
para
esconder
su
rostro terrible y oscuro,
Robinson
descifro
este
dilema,
escapo
a una solitaria isla
y
jamás regreso.
Las
luciérnagas
encienden
su luz de noche,
pues
se han extraviado
el
amor, las ha enloquecido,
tal
vez,
por
eso mismo
me
aferro al barandal
de
la tristeza,
en
esta oscuridad
busco
extraer
la
flecha de tu nombre
que
llevo entre los ojos.
Pero
ella, susurra en mis oídos:
“el amor es tan frívolo y trivial
como la sequía en verano”.
La
soledad
me
extiende la mano,
acepto
la invitación
y,
desde mi celda
le
escribo,
empapado
en fiebre
y
sudando melancolía,
a
una serpiente:
¡Llamada
poesía!
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