HAY
AVES QUÉ CRUZAN EL PANTANO…
Francisco Márquez Razo.
Después
de escuchar en los medios el heroísmo de un alcalde que solicito dinero a las
cerveceras para pagar los aguinaldos y qué lo pregono con bombo y platillo,
para ser nominado a que escriban su nombre con letras de oro en el congreso, e
igualmente enterarnos de las reconfortantes palabras de un funcionario público
que después de sesudos estudios llego a la conclusión de que la temida
influenza; H1 N1, nos la…bueno que nos hace los mandados por qué los Duranguenses estamos protegidos
genéticamente contra ella, te motivas tanto, que sin duda estos personajes
deberían estar en un monumento, pues como dijo el poeta, hay aves que cruzan el
pantano y no se manchan, aun cuando alguno dirá que son unos manchados.
En
fin, el asunto es, que estos personajes te inspiran y te dices; bueno, si ellos
pueden ser nuestros héroes, qué imaginó fue su modesto y desinteresado anhelo,
pues también tú deseas hacer algo heroico, no importa qué solamente tú lo
sepas.
Así
las cosas e imaginando realizar algo intenso qué me colocara al nivel de los
antes mencionados, una tarde se presentó mi oportunidad al caminar por la
avenida 20 de Noviembre y llegar a la de Progreso, el reto era ni más ni menos,
comer unas cuantas ordenes de tacos en los puestos más sospechosos de ese
corredor, pues si genéticamente la influenza no me hace nada, pues una dosis de
bacterias, o una enfermedad gastrointestinal, menos.
Si
lograba decir; yo estuve ahí comiendo de esos tacos, me otorgaría un aura de
osadía equivalente a la de un héroe Tepehuano.
Inicie
un breve recorrido de observación, y mira nada mas lo que uno aprende; primero
que el taco lo define el diccionario como; tortilla de maíz rellena, qué se
toma como refrigerio y que la raza le llama la vitamina “T”.
O
sea que aventarse unos tacos es como un tentempié, mientras llegas a la comida,
y la variedad es tremenda, tanto que se volvía difícil decidir, me pregunte
entonces si las enchiladas son primas de los tacos, y si las quesadillas son
unas chismosas, porque se derriten y se desparraman, y que al taco le llaman
también la Santísima trinidad del mexicano, que porqué es; tortilla, contenido
y salsa, e inclusive que una tortilla bien calientita con unos granos de sal,
también se considera un taco.
Pero
la realidad es que aventarte un taco en la calle requiere valor, es imposible
saber que te estás comiendo en cada taco, sin mencionar la contaminación,
polvo, escapes de autos y camiones, el aroma a drenaje, debes sentarte y comer
sobre el regazo, o hacerlo de pie, al ver las condiciones precarias de los
puestos, mi entusiasmo comenzó a decaer, las tanques de gas a pocos centímetros
del fuego, platos envueltos en bolsas de plástico, saleros con las tapas sucias
y deteriorados por el paso del tiempo, el mandil además de cubrir también sirve
como limpiador y caja del dinero, me agrado ver que portaban gorro, pero al
acercarme lo observé impregnado de sudor y grasa en generosa proporción, por
ningún sitio descubrí engomados de la secretaria de salud, claro que comes bajo
tu propio riesgo.
Ver
la gran cantidad de personas consumir sus alimentos sin preocuparse por estos
detalles, resultaba todo un espectáculo, los taqueros repartían a diestra y
siniestra, que si bien doraditos, que sin cebolla o con ella, que sin chile o
con él, algunos comensales incluso pedían doble tortilla, miras esas enormes
cantidades de grasa escurriendo y es inevitable el antojo, la calidad y la
nutrición pasan a segundo plano.
Yo
buscaba armarme de valor y al menos pedir una orden dudaba si serian de
Barbacoa o de asada, tal vez tripas, o cualquier otro guiso de dudosa
procedencia, y mientras yo no me decidía, una señora le reclamaba al taquero
que había encontrado un pelo en su taco y de muy buen tamaño, pero esté le
aseguro que era de la propia res y no había problema, después siguió la
discusión qué si parecía una pata de cucaracha, o algo así, yo me aleje sin
observar más, pues mi decisión estaba terminando, de nada sirvió saber que la
tortilla se inventó entre el año 1000 y el 500 antes de Cristo como una especie
de cuchara comestible, una niña se quejó de dolor en el estómago y la madre le
reprochaba que era el resultado de los 6 tacos que se había comido y tuvo que
salir de prisa buscando un baño público, después de armarse de un tanda de
servilletas de papel para envoltura, una diarrea seria el menor de los males en
este caso, pues la lista de enfermedades que se pueden adquirir, sin costo
extra es intimidante y si le pregunta al médico; ¿Doctor, me puedo bañar con
diarrea?, le dirá; ¡Pues si le alcanza, adelante!
El
valor me abandonó al recordar la leyenda urbana de que los tacos son elaborados
con carne de perro, tuve que admitir entonces que jamás estaría a la altura de
mis dos ejemplos de motivación y me tuve que contentar con un taco de ojo,
claro que dicen que el problema no es caer la primera vez, sino la
reincidencia.
Y
como nota curiosa comentarles que en 1979, la artista visual mexicana Maris
Bustamante registró legalmente el taco, como suyo y reclamó la patente.
En
definitiva; hay aves que cruzan el pantano y no se manchan, en mi caso, mi
pantano no es de esos.
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