Ciudad mía.
Francisco
Márquez Razo.
A pesar
de las banquetas destruidas
en el
centro histórico
dolor de
ojos, empeines y tobillos.
A pesar
de las fuentes sin agua
recipientes
de basura y mierda
como
aromatizante natural.
De la
frustración de rebasar los 40
y no
acceder a becas
ni
encontrar empleo.
Del
coraje de asistir a la clínica popular
y después
de horas en espera
recibir
una receta para mis males
pero
nunca tienen medicamento.
De
presenciar cristalazos en autos,
asaltos a
transeúntes,
robos en
casa habitación,
autos
fantasmas que atropellan y huyen
y en las
noticias escuchar que todo está mejor
resulta
una mentada social
e incluso
terrorismo urbano.
De
caminar media ciudad
pues el
camión se desvió
por
marchas de fulano, o zutano.
Por los
tandeos en el abasto de agua,
las
tarifas que las incrementan cada
que les
da su regalada gana,
los
autobuses reciclados
sin
placas ni asientos,
los taxis
piratas
que me
salen en cada esquina
y para
transportes son invisibles.
Por los
niños, jóvenes y adultos
que piden
ayuda en las calles
malabaristas
de sueños de hambre,
por el
gobierno que busca regularizar los empleos
y a su
vez es el principal infractor.
A pesar
de esos, que buscan fraccionarte
y
venderte pedazo a pedazo,
que te
pisan y te escupen,
a pesar
de todo, mi amada ciudad
aún creo,
sueño y te amo a ti:
¡Feliz
cumpleaños, Durango!
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