sábado, 31 de octubre de 2015

¿REVOLUCIÓN, O REBELDÍA?
Francisco Márquez Razo.

Existen temas que se colocan de moda, acordes a los acontecimientos cotidianos y que de alguna manera se convierten en comentarios obligados de charla, discusión e inclusive, debate.

Uno de estos temas es; sobre que conviene más como ciudadanos en estos momentos en que es notoria y palpable, la desintegración social, la separación más radical en el tejido de nuestra sociedad, violencia, anarquía, caos.

Los más hablan de revolución, los menos de rebeldía, y entre el decir y el hacer, todo se vuelve más confuso, recordemos que cuando vamos a iniciar un viaje, es primordial saber de antemano a donde queremos llegar, si lo iniciamos sin conocer nuestro destino final, entonces tal vez todo se vuelva decepción.

Así en esta ocasión y desde mi ventana, les comparto un punto de vista, muy personal, sobre estos temas:
La definición más aceptada de revolución es: el cambio o transformación radical y profunda respecto al pasado inmediato.

Una revolución en pocas palabras  pretende cambiar las circunstancias existentes en un momento dado de la historia y pueden ser en el ámbito; económico, cultural, tecnológico, religioso, político, social, militar, etcétera.
En una revolución se pueden producir cambios políticos y sociales de forma rápida y hasta violenta.
Y como lo demuestra nuestra propia historia y a la indicación de la sabiduría popular; nos puede salir más caro el caldo que las albóndigas.
Por otro lado nos indica la definición que una rebelión es; en la mayoría de los casos, una manifestación de rechazo a la autoridad.
Esto puede variar desde la desobediencia civil hasta un intento organizado y armado de destruir la autoridad establecida.
El término también se usa para hacer referencia a la resistencia armada de un grupo insubordinado frente a un gobierno establecido.
Aquellos quienes participan en una rebelión, son denominados rebeldes.
Me he permitido subrayar el texto anterior, como una indicación que desde mi ventana no estoy de acuerdo con lo señalado, así que resumiendo le comparto lo siguiente:
EL REVOLUCIONARIO.
El revolucionario es parte del mundo político, su enfoque es totalmente político y su intención, o pretensión es cambiar a la sociedad.

EL REBELDE.
El rebelde es un fenómeno espiritual su actitud es absolutamente individual.

Su visión es: que si queremos cambiar a la sociedad tendremos que cambiar al individuo.

Buda, Jesús, Gandhi, fueron rebeldes.

Realmente la rebeldía es aún una dimensión no experimentada, pues no es fácil, intentar cambiar nosotros mismos, antes que buscar cambiar a los demás, o cambiar a la sociedad, y usted ya lo sabe si cambia el hombre, sin duda cambiará el mundo, nuestro mundo.

Fue un poeta (Henrik Johan Ibsen) quién  lo defino maravillosamente bien al expresar que: Un verdadero espíritu de rebeldía es aquel que busca la felicidad en esta vida.




sábado, 29 de agosto de 2015

¿QUÉ ES UN POETA?
Francisco Márquez Razo.
¡Qué difícil pregunta!
Los poetas están entre nosotros pero no son de nosotros, ni son como nosotros.
Los poetas beben en la misma copa la alegría y la amargura, con una sonrisa en los labios.
Hacen música de su llanto y se ríen de la música.
Toman en serio los chistes y hacen chistes de lo serio.
No creen en nada ni en nadie y  a la vez creen en todo.
¡No se les ocurra discutir con ellos jamás!
Los poetas nacen con sabiduría, cuando la cigüeña musa los trae, no dejan una torta en el cunero, sino un manual de poesía y un diccionario.
No necesitan leer ¡Todo lo saben!
No necesitan viajar ¡Todo lo han visto!
Son algo así como el pueblo escogido... ¡Por ellos mismos!
Los poetas  se caracterizan individualmente por su simpatía, carisma e inteligencia y en grupos, por su gritería y apasionamiento.
Cuando los poetas beben, lo hacen con el fin de alcanzar niveles de conciencia superiores y así lograr comunicación con las musas, entonces el alcohol es solo un medio para lograr la iluminación poética,  el día de expresión; los jueves de cuatro a seis de la tarde en el Paralibros San Agustín, el día perfecto el viernes, dedicado a Venus la diosa del amor.
Cada uno de ellos lleva en sí la chispa de los genios y los genios no se llevan bien entre sí, de ahí que reunir a los poetas es fácil, pero unirlos en una sociedad poética, o en una causa común es casi imposible.
No se les hable de lógica, pues eso implica razonamiento y mesura y los poetas son hiperbólicos y exagerados.
Por ejemplo, invitan a uno a un restaurante a comer, y no nos llevan al mejor restaurante de la ciudad, sino al mejor restaurante del mundo, así sea una silla en el corredor constitución.
El poeta no es de la calle, la calle es de él.
Cuando discuten no dicen: No estoy de acuerdo contigo; sino: ¡Estás completamente equivocado!
Tienen tendencias caníbales; les gustaría comerse los unos a los otros, tal vez le denominarían: ¡Placer poético!
Los poetas aman tanto la contradicción que llaman “belleza”, a las mujeres  a su alcance, por más tiradas a la calle que estén  y las mujeres hermosas son solamente musas, u objetos de inspiración poética, para colocarlas en un nicho, u en un altar...
Los poetas alteran el conocimiento establecido, aun conociendo que la tierra gira alrededor del sol, convencen a la mujer que el universo gira alrededor de ella y sin recurrir a profundas teorías, únicamente con palabras, versos y poemas.
Los poetas ofrecen soluciones antes de saber el problema.
Para ellos nunca hay problema, el mundo es una manifestación poética de la realidad.
Todos los poetas saben lo que hay que hacer para eliminar la inseguridad, encauzar a América Latina, eliminar el hambre en África, pagar la deuda externa, quién debe ser Presidente y cómo cualquier país puede llegar a ser una potencia mundial.
Su grito de guerra es sencillo y profundo. ¡Hagamos el amor, no la guerra!
Ellos no entienden por qué los demás no les entienden. Cuando sus ideas son tan sencillas.
Y no acaban de entender, por qué la gente no quiere aprender a hacer versos y leer poesía, como ellos.
Los poetas pregonan que para aprender del amor, solo ellos poseen el conocimiento y no temen en decirnos: ¡Pregúntame caón, pregúntame!
¡Ah!... los poetas... ¡No puedes vivir mucho tiempo con ellos pero es imposible vivir sin ellos!
Ámalos, respétalos, toléralos, imagina que son un mal necesario en nuestra sociedad… y déjalos ser poetas.
Por cierto los poetas son una especie en extinción, si conoces alguno, protégelo, adóptalo y ayuda a su conservación, no importa que tengas que mantenerlo el resto de su vida, y que ¡La poesía te acompañe!


domingo, 9 de agosto de 2015

HAY AVES QUÉ CRUZAN EL PANTANO…
Francisco Márquez Razo.

Después de escuchar en los medios el heroísmo de un alcalde que solicito dinero a las cerveceras para pagar los aguinaldos y qué lo pregono con bombo y platillo, para ser nominado a que escriban su nombre con letras de oro en el congreso, e igualmente enterarnos de las reconfortantes palabras de un funcionario público que después de sesudos estudios llego a la conclusión de que la temida influenza; H1 N1, nos la…bueno que nos hace los mandados por qué  los Duranguenses estamos protegidos genéticamente contra ella, te motivas tanto, que sin duda estos personajes deberían estar en un monumento, pues como dijo el poeta, hay aves que cruzan el pantano y no se manchan, aun cuando alguno dirá que son unos manchados.
En fin, el asunto es, que estos personajes te inspiran y te dices; bueno, si ellos pueden ser nuestros héroes, qué imaginó fue su modesto y desinteresado anhelo, pues también tú deseas hacer algo heroico, no importa qué solamente tú lo sepas.
Así las cosas e imaginando realizar algo intenso qué me colocara al nivel de los antes mencionados, una tarde se presentó mi oportunidad al caminar por la avenida 20 de Noviembre y llegar a la de Progreso, el reto era ni más ni menos, comer unas cuantas ordenes de tacos en los puestos más sospechosos de ese corredor, pues si genéticamente la influenza no me hace nada, pues una dosis de bacterias, o una enfermedad gastrointestinal, menos.
Si lograba decir; yo estuve ahí comiendo de esos tacos, me otorgaría un aura de osadía equivalente a la de un héroe Tepehuano.
Inicie un breve recorrido de observación, y mira nada mas lo que uno aprende; primero que el taco lo define el diccionario como; tortilla de maíz rellena, qué se toma como refrigerio y que la raza le llama la vitamina “T”.
O sea que aventarse unos tacos es como un tentempié, mientras llegas a la comida, y la variedad es tremenda, tanto que se volvía difícil decidir, me pregunte entonces si las enchiladas son primas de los tacos, y si las quesadillas son unas chismosas, porque se derriten y se desparraman, y que al taco le llaman también la Santísima trinidad del mexicano, que porqué es; tortilla, contenido y salsa, e inclusive que una tortilla bien calientita con unos granos de sal, también  se considera un taco.
Pero la realidad es que aventarte un taco en la calle requiere valor, es imposible saber que te estás comiendo en cada taco, sin mencionar la contaminación, polvo, escapes de autos y camiones, el aroma a drenaje, debes sentarte y comer sobre el regazo, o hacerlo de pie, al ver las condiciones precarias de los puestos, mi entusiasmo comenzó a decaer, las tanques de gas a pocos centímetros del fuego, platos envueltos en bolsas de plástico, saleros con las tapas sucias y deteriorados por el paso del tiempo, el mandil además de cubrir también sirve como limpiador y caja del dinero, me agrado ver que portaban gorro, pero al acercarme lo observé impregnado de sudor y grasa en generosa proporción, por ningún sitio descubrí engomados de la secretaria de salud, claro que comes bajo tu propio riesgo.
Ver la gran cantidad de personas consumir sus alimentos sin preocuparse por estos detalles, resultaba todo un espectáculo, los taqueros repartían a diestra y siniestra, que si bien doraditos, que sin cebolla o con ella, que sin chile o con él, algunos comensales incluso pedían doble tortilla, miras esas enormes cantidades de grasa escurriendo y es inevitable el antojo, la calidad y la nutrición pasan a segundo plano.
Yo buscaba armarme de valor y al menos pedir una orden dudaba si serian de Barbacoa o de asada, tal vez tripas, o cualquier otro guiso de dudosa procedencia, y mientras yo no me decidía, una señora le reclamaba al taquero que había encontrado un pelo en su taco y de muy buen tamaño, pero esté le aseguro que era de la propia res y no había problema, después siguió la discusión qué si parecía una pata de cucaracha, o algo así, yo me aleje sin observar más, pues mi decisión estaba terminando, de nada sirvió saber que la tortilla se inventó entre el año 1000 y el 500 antes de Cristo como una especie de cuchara comestible, una niña se quejó de dolor en el estómago y la madre le reprochaba que era el resultado de los 6 tacos que se había comido y tuvo que salir de prisa buscando un baño público, después de armarse de un tanda de servilletas de papel para envoltura, una diarrea seria el menor de los males en este caso, pues la lista de enfermedades que se pueden adquirir, sin costo extra es intimidante y si le pregunta al médico; ¿Doctor, me puedo bañar con diarrea?, le dirá; ¡Pues si le alcanza, adelante!
El valor me abandonó al recordar la leyenda urbana de que los tacos son elaborados con carne de perro, tuve que admitir entonces que jamás estaría a la altura de mis dos ejemplos de motivación y me tuve que contentar con un taco de ojo, claro que dicen que el problema no es caer la primera vez, sino la reincidencia.
Y como nota curiosa comentarles que en 1979, la artista visual mexicana Maris Bustamante registró legalmente el taco, como suyo y reclamó la patente.
En definitiva; hay aves que cruzan el pantano y no se manchan, en mi caso, mi pantano no es de esos.







sábado, 1 de agosto de 2015

PARALIBROS SAN AGUSTÍN

¿QUÉ ES DURANGO?
Francisco Márquez Razo.

DURANGO es  territorio áspero y agreste con climas extremos, DURANGO ha forjado espíritus fuertes y libres. DURANGO es un alacrán...un tímido venado, pero también águila tenaz.
DURANGO es pasito, DURANGO es corrido, DURANGO es canción y balada.

DURANGO no es un sueño mío, DURANGO es una realidad, y si  tocas mi pecho sentirás los latidos de DURANGO.
DURANGO es la fiesta y es DURANGO tu regalo.
DURANGO, es la historia, aventura, vida, cultura.
DURANGO es mi madre, patria y matria. DURANGO es mi cuna.  DURANGO es hoy, mañana y siempre.  DURANGO es el pasado, DURANGO es el presente, y  DURANGO es el futuro.
DURANGO es un gallo que desde la campiña nos despierta cada mañana, las campanas de la iglesia o el cada vez más escaso silbato del tren. DURANGO es mezcal, es manzana, es miel. DURANGO es las Mujeres y hombres en las calles o en las plazas. DURANGO es una fijación mental.  DURANGO está en cada aseador de calzado,  en un olor, en un suspiro y en las lágrimas que a veces puedes ver rodar por mis mejillas.
DURANGO es un cielo azul como el que nunca has visto. DURANGO es temporal, tal vez sequía, pero también un Arco Iris.
DURANGO es santuario, danza de plumas y vuelo de palomas.
DURANGO es naturaleza que todo nos da y políticos que todo nos quitan.
DURANGO es mágico, conviven dos mundos alternos: El de los funcionarios de gobierno; donde no pasa nada y todo está perfecto y el que vivimos diariamente los ciudadanos comunes y corrientes.
DURANGO es de película; donde jueces, ministerios públicos y policías son de utilería.
DURANGO es el comerciante, el empresario y también el artesano.
DURANGO no es ni negro, ni blanco, ni mestizo. DURANGO es un Arado, un campesino sembrando. El obrero trabajando y también el profesionista desempleado. 
DURANGO es desesperación y renovada esperanza.
DURANGO es un suelo gritando: ¡Queremos vivir en paz!
Ser DURANGO es un Derecho, Ser DURANGO no es una obligación, ser DURANGO es una Bendición.
DURANGO es Francisco Villa, Francisco Zarco, los Revueltas, pero también eres tú y yo.
Piensa DURANGO, vive DURANGO, sueña DURANGO.
DURANGO es la sangre que corre en mis venas y en las de mis hijos.
Cada vez que respiras, no sólo aspires aire, inhala DURANGO.
No sólo te pongas la camiseta, pon a DURANGO en tu corazón.
DURANGO es ese susurro divino que desde la cuna, canta en nuestros oídos.
DURANGO es saber decir: ¡Yo soy DURANGO… ching…! DURANGO es caldillo, asado, patoles, tiernos y deliciosos elotes  DURANGO es, gorditas de Villa Unión, pinole de Santiago, pinos de la sierra, arena del desierto, frijol de Victoria...Todo me recuerda a. DURANGO.
DURANGO está en la tortilla que me como, en el pan de agua, en una mariposa volando a mi alrededor, en el aire que aspiran mis pulmones y es DURANGO la brújula que guía mis pasos, lo que soy , lo que tengo y lo que ambiciono es DURANGO.
Hoy es un buen día para renovar mi compromiso con DURANGO y el orgullo de ser DURANGUENSE.
DURANGO si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí.
DURANGO  ES TODO PARA  MÍ.


sábado, 18 de julio de 2015

PAYASITO.
Francisco Márquez Razo.

Una estresada tarde en ese andar de prisa que llevamos cotidianamente, por el estereotipo de que nunca nos alcanza el tiempo para realizar todo aquello que deseamos hacer, me lo tope en un crucero de nuestras calles, su actuar torpe y errático, tal vez por el consumo de substancias tóxicas, me arranco una sonrisa y por un momento me llevo a olvidarme de la prisa.

Se acercó, le extendí una moneda, y pregunte: ¿Cómo te llamas? Sonriendo y alzando los hombros al tiempo que con sus manos señalaba su aspecto me respondió; ¡Pues payasito!

Si me dije, es obvio, pero me llevo a pensar que cuando ya no tienes nada que perder, pierdes tu propia identidad, dejas de ser un ser humano y te conviertes en una etiqueta; vago, adicto, ladrón, delincuente, limpiaparabrisas, payasito, y lo peor; poeta.

Todos ellos tienen algo en común, son invisibles, pasamos a su lado y no los vemos, o sería mejor decir: ¡No queremos verlos!

Sin embargo y a nuestro pesar son reales y tal vez, solo tal vez, les falto una pequeña oportunidad para convertirse en seres visibles.

Y en alguna ocasión alguien me comentaba que lo que los mata, no es la falta de alimento ni de apoyo, sino la indiferencia de todos los que los ignoramos, los que los evadimos, día con día.

A fuerza de toparnos diariamente, pues él trabajaba en la calle que era mi camino habitual, con el paso del tiempo llegamos a conversar, siempre de prisa, por la mía claro está, hasta que un buen día desapareció y lo digo literalmente, ya que nunca había tenido identidad, simplemente dejo de existir, ahora, detengo un poco mi marcha apresurada y me permito verlos, tal vez intentando que dejen de ser invisibles, claro que también sin conseguirlo.

Y para él, buscando la forma de decir adiós ya que no tuve la oportunidad de hacerlo, escribí esto, con la esperanza de que más ojos se detengan y los vean:


PAYASITO.

Era bueno cualquier sitio
con frío, sol, o, aguacero
él escogía un crucero
y  se vestía de payasito.

Lo que le faltaba de actor
lo cubría con el corazón
y después de su actuación
pedía una moneda, ¡por favor!

Que si el día era bueno
y abundaba el dinero
comería sopa marinada
y un buen “churro” de marihuana.

Pero si escasean los pesos
y son pocos los recursos
aunque ese día no coma
que no falte su “hierba santa”.

Pues fumándola se fuga
y sólo así se le olvida
que no quiere la vida
que no tiene familia.

Con ella se vuelve fuerte
y no le asusta la muerte,
sin ella regresa el miedo,
de no tener nada, de estar solo.

Después robaba cosas
para llenarse de drogas
decía que soñaba locuras
que un ángel lo elevaba con sus alas.

Y un día ahí en un rinconcito
intoxicado en la calle murió,
nadie lo reclamo, nadie lo lloro
porque sólo era: ¡Un payasito!



lunes, 13 de julio de 2015

INSOMNIO.
Francisco Márquez Razo.

Tenía una semana con el mismo problema, me acostaba y en el momento que estaba por llegar el sueño, el mismo sonido iniciaba a molestarme sin lograr dormir; tic, tac, tic, tac, una y otra vez.

Lo intente todo, meditación, relajación, contar ovejas, pero nada funcionaba; tic, tac, tic, tac, esto ya era de locos.

Finalmente estallé, me incorporé y tome un martillo para destruir aquel fastidio.

¿Qué haces? Pregunto mi esposa al verme.

-Voy a destruir ese maldito reloj, que no me permite dormir.

Me miro sorprendida y con temor respondió: ¡El reloj hace seis meses que no funciona!


domingo, 28 de junio de 2015

LABIOS.
Francisco Márquez Razo.

Tus labios
en silencio pronuncian mi nombre
mi piel lo escucha
se desprende y te busca.

Penetra a través de tus ojos
ellos me absorben, abismos
de celestes mares
muros de luz, impenetrables.

Tu nariz me inhala,
tornado de furia ardiente
me azota, me eleva en el aire
después, sin piedad me exhala.

Me refugio en tus senos
cuál sanguijuela me aferro a ellos
permanezco en la sombra de tu aura
padezco demencia, senil locura.

Soy Caín, lo dice y lo muestra
la marca qué llevo en la frente
hasta que tus labios pronuncian mi nombre
mi piel lo escucha y se desprende.




domingo, 21 de junio de 2015


PARA JOSÉ.
Francisco Márquez Razo.

Es tu piel
del color de la sangre
y tu cielo
y tu tierra,
tu voz
y tu pluma,
roja también.

Tu imaginación
la negra fragua
de la muerte,
del dolor, del luto
que viste el alma
por no encontrar
a dios en la tierra,
navegas muros de agua
marinero preso
en las cuatro esquinas
de tu ardiente palabra.

Carpintero de la textualidad
tu nombre, es emblema
estandarte de rebeldía,
revolucionaria letanía
que siembra la espiritualidad
cosecha de inconformidad
ante nuestra maquillada realidad.

Dame tu digna mirada
para ver frente a frente
la meretriz llamada política,
préstame tu firme pluma,
tu irrevocable canto
para endulzar el violento desierto
que destruye mi país
hoy, cómo en el tiempo,
cómo hace cien años
angustia ya tuya
angustia ya mía
de andar por la vida;
de agua
de luto
de Revueltas

y sin paz en la tierra.

sábado, 13 de junio de 2015

¡HAZLO AHORA MISMO!
Francisco Márquez Razo.

Un empresario, acudió a magistral conferencia sobre desarrollo humano.

Salió, con la idea de mover al mundo y una frase en mente y corazón: ¡Hazlo ahora mismo!
Decidió compartir su entusiasmo con empleados y familia, mandó imprimir un millar de hojas con esta frase y las colocó en casa y empresa.

Esperaba que sus trabajadores, hicieran a un lado su conformismo e hicieran aquello que tanto habían esperado, con entusiasmo y decisión.

Y la verdad no fue mucho lo que espero para ver resultados.

Al día siguiente; su secretaria acudió a la P.G.R. a denunciar sus fraudes, la mitad de empleados renunciaron y la otra mitad decidió iniciar una huelga buscando mejores salarios y prestaciones, su contador huyó con la nómina y sus cuentas bancarias, al salir de la oficina se estaba incendiando su camioneta de lujo.

Cuando llegó a casa, su esposa lo esperaba para anunciarle qué lo abandonaba, huía con el chofer y le recordaba que la propiedad le pertenecía.

Su hija de dieciocho años le confesó que desde los quince ya no era virgen y se casaría con un hombre veinte años mayor que ella, su hijo le reveló que tenía preferencias sexuales diferentes y viviría aparte.

Le preguntó a la empleada doméstica: ¿también tú, Inocencia, me dejas?
-No patrón yo no, y menos ahora que espero un hijo suyo.

Ser optimista en un mundo tan pesimista, no resulta sencillo, sólo: “¡Hazlo ahora mismo!”.








sábado, 6 de junio de 2015

CAER Y VOLVER A CAER.
Francisco Márquez Razo.

Mi primera vez fue al conducir un taxi en la época de lluvias, abordó un pasajero y me indico lo condujera hacia una colonia de la periferia, las calles resultaban un desastre, lodosas, resbalosas, llenas de agua, avanzaba con lentitud y dificultad, la lluvia no paraba, caía a cántaros.
Más de una ocasión pensé en bajar al pasajero y regresar, antes de seguir adelante, pero continué.
Entonces frente a mí la calle desapareció, todo era agua, imaginé que aquello era una extensión del propio mar, no alcancé a descubrir el final, tímidamente exclamé: ¡Creo qué hasta aquí llegamos!
El pasajero sereno me indicó: ¡Sí pasa mi compa, el terreno es firme y no hay bronca!
La intuición me pedía abandonar.
Aquel individuó arremetió con prisa: ¡Sí pasa, dele, casi llegamos! ¡No ves que todos lograron cruzar! ¡Vamos dale!
Entré cautelosamente, intentando hacerlo por las orillas, pero fue inútil, a media calle el auto se detuvo, estaba atascado y sin remedio.
-Le repliqué al pasajero ansiosamente: ¡No que sí pasaba!
Saco su cartera me extendió un billete de doscientos pesos, secamente respondió: ¡Y, a mí que pinche caso me haces! ¡El qué viene manejando eres tú!
Abrió la puerta descendió y ahí me quedé…
La grúa me costó el triple de lo obtenido.
Fue una amarga lección y me prometí que jamás, nadie volvería a engañarme de esa forma.
Diez años después, otra época de lluvia, la más intensa registrada, producto del amor tormentoso de los huracanes Ingrid y Manuel, acudía a mi pueblo después de varios meses de ausencia, conocía bien el camino, a mi camioneta de lujo no la detendría nada.
Al dejar la carretera y entrar a la terracería observé una pequeña zanja en medio del rio de lodo que se había vuelto aquel sendero, la intuición apareció, pero fue vencida por la arrogancia.
Mi vehículo cayó hasta el chasis: ¡Maldita sea! Exclamé.
Recuerdos de otro tiempo, de otro lugar, de otra época de lluvia, me angustiaron.
Apenas logré abrir la portezuela y salir, casi pierdo los zapatos nuevos en aquel lodo negro y espeso con la dureza del concreto.
El agua tan fría que sentí quemaba la piel.
Respiré aliviado al descubrir a un tractorista, que se encontraba a unos cien metros, bajo un frondoso  árbol, comiendo tranquilamente.
Me acerqué, lo saludé, le comenté mi problema y si podía acudir con su tractor hacia la camioneta y remolcarme.
Observó hacia donde le indiqué, movió la cabeza negativamente, me explicó que debía de arar la tierra y que solamente se detendría a comer, para enseguida continuar.
-Ofrecí doscientos pesos- Se negó.
Sólo hasta llegar a quinientos aceptó.
Acercó el tractor al lodazal, se colocó un par de botas, tomó un cable de acero con un gancho y con la pericia de un rescatista experto, libró a mi camioneta de su trampa.
-Pagué lo acordado.
Antes de partir y agradecido, iniciamos una amigable charla, llamó mi atención ver sobre el tractor una bolsa para dormir y una hielera con alimentos-
-¡Vaya le dije usted si viene preparado!
Si, respondió, por lo regular duermo aquí durante el día.
-Imagino, le comenté, que debía tener bastante trabajo rescatando conductores incautos como yo, qué se quedan atorados en aquella tramposa zanja.
Es correcto, respondió.
-Lo qué no entiendo, agregue: ¿Es por qué duerme aquí y no se va a casa por la noche?
¡Está loco! Contestó.
No ve qué es en la noche, cuando hago la zanja.
Si… está vida mía, caer y volver a caer.











domingo, 31 de mayo de 2015

NO ME HE CALADO.
Francisco Márquez Razo.

Hace algunos años cuando formábamos parte de la administración pública municipal, en la dependencia se tenía la tradición de reunirse los compañeros cada quince días en algún espacio negociado por el comité de eventos, para departir y charlar, acompañados de una buena comida y abundante bebida, para este motivo todos los asistentes sin excepción aportábamos una cuota religiosamente, sin embargo uno de los ingenieros de nombre Fernando, se las ingeniaba para no aportar su coperacha y llegar a las comidas, donde se daba vuelo bebiendo de inicio a fin, esto molestaba a los asistentes que si aportaban su cuota y poco a poco se fue creando un malestar hacia Fernando por su cinismo y descaro de seguir apareciendo a beber más qué a comer en cada reunión, claro que estos rumores hacia su persona parecían no afectarle, pues a pesar de las indirectas de algunos compañeros él seguía apareciendo como si nada en cada reunión.
Finalmente y en conjunto decidimos darle de una vez por todas, una lección, acordando para ello qué en la próxima reunión lo exhibiríamos frente a la concurrencia de una manera elegante pero decidida, como el gorrón que era y avergonzándolo, para que finalmente aportara su cuota o se decidiera a no asistir más.
Así las cosas en medio del evento se formó un círculo alrededor de Fernando, que bebía como si estuviera deshidratado y el encargado de darle el escarmiento inicio una charla de la siguiente manera: -Oye Fernando dime una cosa, en cada reunión ¿Cuántas cervezas te tomas? Fernando comenzó a recordar para contestar la pregunta y después de unos momentos respondió: Pues mira, más o menos unas veinte o veinticuatro cervezas.
El qué le preguntaba y alzando la voz para qué todos lo escucharan arremetió nuevamente con fuerza; ¿Y pagando tú caón?
Y Fernando con aquel desenfado que lo caracterizaba aclaró: No pues pagando yo, la verdad que en toda mi vida, nunca me he calado.
Y a pesar de que todos esperábamos otra respuesta, no pudimos evitar reír ante las palabras de este gorrón de profesión.
Esta anécdota y no sé por qué razón, me recuerda mucho la actitud de nuestros políticos, se esmeran en “gestionar” enormes cantidades de recursos, en presupuestos históricos, para gastar a manos llenas inclusive endeudando por los próximos treinta o cuarenta años a sus estados y municipios sin que les importe gran cosa, total que el dinero en cuestión no es de ellos, sino de los contribuyentes y si ahondáramos más en este asunto y les preguntáramos si alguna vez gastarían así su propio dinero, o si pagando ellos harían lo mismo, desde luego que nos responderían como el cínico de Fernando: ¡Pues la verdad no me he calado!




  ¡Todo está bien! Francisco Márquez Razo.              Vi a un hombre acribillado en la calle, me sentí triste, después escuché...